La Etiqueta del neumático: por qué deberías fijarte en ella para ahorrar y viajar seguro

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Apenas ocho de cada cien conductores conoce «perfectamente» qué es la Etiqueta Europea del Neumático y algo más de trece declara que le «suena». Esta es una de las principales conclusiones del estudio que ha presentado la Comisión de Fabricantes de Neumáticos -que integran las marcas Bridgestone, Continental, Michelin y Pirelli-, con motivo del quinto aniversario del lanzamiento de la Etiqueta. Sin embargo, tal y como quedó de manifiesto durante la presentación del estudio y la posterior mesa redonda con representantes de la Dirección General de Tráfico, talleres y automovilistas, es necesario incrementar su notoriedad y comprensión: la Etiqueta es una herramienta fundamental para que el consumidor pueda elegir con criterio los neumáticos de su coche.

La Etiqueta Europea del Neumático es obligatoria desde el 1 de noviembre de 2012 en todas las cubiertas que se venden en territorio de los veintisiete países miembro de la Unión Europea. Al igual que sucede con los electrodomésticos, los neumáticos tienen un etiquetado reglado por las normas europeas, que conviene saber interpretar para así poder elegir el que más se ajuste a nuestras necesidades.

La etiqueta energética refleja gráficamente tres apartados. El primero está reservado a la resistencia a la rodadura: sus calificaciones van de la letra A, que representa la máxima aportación de la cubierta a la reducción del gasto de combustible del vehículo, a la G. Conforme a un coeficiente de resistencia a la rodadura o CRR, en una escala de la G a la A. La relación no es lineal, pero por cada letra que se añade en orden alfabético el neumático genera un consumo aproximadamente 0,5 l/100 km superior de media, lo que a la inversa viene a suponer un ahorro de un 7,5%.

La resistencia al rodamiento es la fuerza que se opone la rotación del neumático. Al contrario de lo que ocurre con una bola de vidrio que rueda sobre una placa de mármol, los neumáticos requieren un grado de flexibilidad para asegurar el confort y el agarre.

Esta flexibilidad conlleva la deformación del área del neumático en contacto con el pavimento. Con cada revolución de la rueda, el neumático se deforma, debido al peso del vehículo. Esta deformación repetida consume mucha energía: al menos el 20% del combustible necesario para el desplazamiento, en el caso de un vehículo de pasajeros.

El segundo apartado se sirve de la misma escala para medir la adherencia del neumático en superficie mojada, vital para garantizar una óptima frenada. De nuevo, en una escala de la A a la G, siendo la primera la mejor valoración y la última la peor. Por cada letra que se añade en orden alfabético la distancia de frenado de la cubierta aumenta un 30 por ciento.

Por debajo de ambos, tres barras curvadas representan el nivel de decibelios que provoca la cubierta al rodar. A menos barras negras más eficiente será el neumático en este capítulo. Dentro de una barra negra se muestran los decibelios que genera. Deben estar entre 71 y 74, dentro de los límites actualmente establecidos, o bien entre 68 y 71 conforme a la futura normativa en la materia.

El neumático, siempre de etiqueta

«Los datos disponibles indican que el conocimiento y comprensión que los automovilistas españoles tienen de la Etiqueta del Neumático es insuficiente. Todos los actores implicados en la cadena de valor del neumático tenemos la responsabilidad de contribuir a mejorar su notoriedad», explicó José Luis Rodríguez, Director General del Consorcio del Caucho durante la apertura de la jornada celebrada ayer en Madrid.

Tras su intervención, en la que ha presentado el video y el cartel de la campaña «El neumático, siempre de etiqueta», tuvo lugar la presentación del estudio sobre «Conocimiento e influencia de la Etiqueta Europea de Neumáticos» realizada por Fernando López, Country Manager de GIPA en España. Sus conclusiones han servido de base para una animada mesa redonda en la que han participado Luis Fernando Velasco, Jefe de Área de Vehículos de la Dirección General de Tráfico; Miguel Ángel Cuerno, Presidente de la Organización Profesional de Especialistas del Neumático (OPEN); Rafael Fernández Chillón, Director General del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA); y Manuel Carbó Martínez, Director del Centro de Investigación y Control de la Calidad (AECOSAN).

Los talleres, principal vía de conocimiento

Aunque sólo un 8% de los conductores conoce perfectamente la Etiqueta Europea del Neumático, la mayor parte de ellos lo hace a través de los talleres, concretamente el 43%. Después vienen otros medios como Internet (23%), amigos y conocidos (21%), refistas y periódicos (15%) y radio y televisión (10%).

Respecto al grado de conocimiento de los aspectos concretos sobre los que informa la Etiqueta, los automovilistas tienen clara la idea general. Un 80% identifican tanto la adherencia en superficie mojada como la eficiencia en el consumo de combustible. Sin embargo, el porcentaje en el caso del ruido realizado por el neumático baja hasta el 69%. Cuestión distinta es el grado de influencia que esas informaciones tienen a la hora la decisión de compra por parte de los automovilistas. El 40% de los que conocen la Etiqueta, que son un 8% del total, señalan que sí que le dan importancia a la hora de elegir neumático: eso significa que apenas tiene influencia en el 3% del total de los conductores.

Entre el total de los conductores encuestados, y después de explicar a los que no la conocen en qué consiste la Etiqueta, las dos informaciones recogidas en la misma a las que se da más importancia son la adherencia en superficie mojada y la eficiencia en el consumo de combustible.

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