Entonces ¿cuál elegir?

¿Coche híbrido o híbrido enchufable?

Pasamos a analizar las principales características de estas dos tecnologías:

Autonomía

• Híbrido: su autonomía eléctrica es muy reducida (entre 2 y 5 kilómetros), aunque las baterías se recargan constantemente mientras el coche circula.
• Híbrido enchufable: gracias a sus baterías de mayor capacidad, su autonomía eléctrica es mayor, situándose entre 40 y 60 kilómetros. Más que suficiente para poder ir y volver del trabajo cada día.

Gasto en carburante

• Híbrido: Su limitada autonomía eléctrica hace que los coches con esta tecnología consuman más que los enchufables.
• Híbrido enchufable: ofrece mejores prestaciones y un menor gasto en carburante, ya que pueden circular en modo eléctrico durante más kilómetros que en el caso de los híbridos normales.

¿Cómo se cargan?

• Híbrido: tiene la capacidad de auto recargar sus baterías con ayuda del motor de combustión y gracias a la frenada regenerativa (la energía que se genera en las frenadas).
• Híbrido enchufable: además de aprovechar la frenada regenerativa, como en el caso anterior, el PHEV puede cargar sus baterías tal y como lo hace un coche eléctrico, es decir, enchufándose a una toma doméstica, a un cargador tipo Wallbox o a uno rápido.

Distintivo medioambiental

• Híbrido: cuenta con la etiqueta Eco de la DGT. Entre sus ventajas, destacan la exención del pago de algunos impuestos, la posibilidad de circular por el Bus VAO, o descuentos en el precio para aparcar en zonas reguladas.
• Híbrido enchufable: disfruta de la etiqueta Cero emisiones de la DGT (siempre y cuando supere los 50 kilómetros de autonomía). Este distintivo le da derecho a circular libremente y en cualquier momento por el centro de las ciudades (incluso en los protocolos más severos), además de aparcamiento gratuito y sin límite en las áreas de aparcamiento regulado, circulación por carril Bus VAO, descuentos en el precio de los peajes, etc.

Entonces, ¿cuál elegir?

La tecnología híbrida enchufable te ofrece lo mejor de los dos mundos, sin las limitaciones de los híbridos tradicionales o los eléctricos puros. Su autonomía es mayor, cuenta con mayores ventajas asociadas a su distintivo medioambiental que los híbridos y, sobre todo, reduce el consumo de combustible de una forma muy clara en los trayectos diarios.

Sin embargo, en los trayectos largos apenas se notan sus beneficios y, además, cuenta con una importante traba: la necesidad de enchufar a la red para aprovechar sus características

Además, el precio de los PHEV es más elevado, por lo que antes de decantarse por éste conviene hacer números para averiguar el ahorro real que va a suponer.

En definitiva, ambas tecnologías tienen sus ventajas e inconvenientes, por lo que la mejor elección será aquella que se ajuste a las necesidades de cada uno y al uso que se le vaya a dar al vehículo.

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